La lengua del Tigre

viernes, septiembre 08, 2006

¡No voy a cambiar mi cepillo!

¿Quién fue, y avalado por qué argumento, el que dijo que hay que cambiar el cepillo de dientes cada 3 o 6 meses? En realidad los argumentos los se, pero no me convencen. Algunos de ellos son: las cerdas se gastan con el uso y no cumplen con la limpieza a fondo como cuando estaban nuevas, los cepillos pueden guardar bacterias, etc, bla, bla, bla. Los genios del marketing jugando con el miedo de la gente.

Hace por lo menos diez años que uso el mismo cepillo y todavia funciona perfecto. El cepillo, en tanto es un elemento de acción mecánica, va a funcionar mientras su estructura física no se vea afectada. Entonces, si mi cepillo no se deformó y me sigue limpiando bien, ¿por qué habría de cambiarlo? Esta es una pregunta que arrastro desde que era chico, pero recién ahora me siento con fuerzas como para hacerle frente.

Señores de la industria bucal: conmigo no van a ganar plata. Supongamos que un cepillo cuesta $5, haciendo un promedio entre los más baratos y los eléctricos. Si hubiese cambiado el cepillo cada 3 meses en estos años hubiera tenido que desembolsar la suma de $195. Bien, no parece una gran suma, pero qué pasa si cada uno de los argentinos en edad de cepillado ahorrara la plata que malgasta en cepillos.

Veamos: pongamoslé 20.000.000 de argentinos a razón de $19.50 por año nos da trescientos noventa millones de pesos. Sí, $390.000.000, los cuales podríamos destinar a crear la Fundación Cepillitos por la Vida destinada a distribuír cepillos y dentífrico entre los chicos cuyos padres, por su situación económica no se los puden comprar y cuyas madres no les pudieron proporcionar, a través del embarazo y la lactancia, la cantidad de calcio necesaria para desarrollar una dentición saludable.

Piénsenlo.