La lengua del Tigre

miércoles, junio 18, 2008

El Macho Alfa

Tanto nos comimos eso de que nuestra capacidad de raciocinio nos aleja de todo ser viviente no humano, que olvidamos que nosotros también somos animales, mamíferos para ser más exactos.

Todos los que disfrutamos viendo documentales sabemos que todas y cada una de las especies tienen rasgos distintivos de comportamiento. Manadas, jaurías, piaras, bandadas, son algunas de las formas de denominar un gran conjunto de individuos de una misma especie. Nosotros, de tan distintos que somos entre sí no podemos ponerle un nombre solo a un conjunto de humanos, porque ese nombre va a depender no sólo de la especie sino también del género. Así, podemos decir que un gran número de humanos vestidos mayormente con los mismos colores, al momento de ingresar a una cancha de fútbol se los llama hinchada o barra brava. Siguiendo en la misma temática, a los que se disputan la pelota para introducirla en el arco rival se los llama jugadores. A los que en gran número cortan las rutas los llamamos piqueteros y a los que continuamente son estafados por empresas multinacionales de telefonía los llamamos clientes.

Pero la psiquis y el universo del ser humano son tan complejos que frente a tanta capacidad para realizar análisis de suma complejidad se nos pasa por alto que por más esfuerzos que hagamos para vernos como superiores mostramos la hilacha y nos comportamos como lo que somos: A-NI-MA-LES.
Siguiendo en esta línea de pensamiento, y haciendo una analogía con el reino animal (el otro, del cual nos excluimos), estoy en condiciones de afirmar que el macho alfa humano también existe.

Ser un macho alfa humano es una condición que, si no se trae con la genética, es decir, por herencia, puedo casi asegurar que es una condición innata, que viene con ese individuo al nacer. El macho alfa humano cuando era un niño era el más travieso, el que decidía quién podía jugar y quien no. En la adolescencia esa condición de pillo a veces le jugaba una mala pasada, porque frente a la necesidad de tener que demostrar ser el mejor en todo se veía atrapado en el alcohol y las drogas. En muchos casos, este escollo resulta imposible de superar y el macho alfa humano se ve frustrado y deja atrás su condición de líder para convertirse en un ser lastimoso, digno de compasión. Ese es el fin para los que quedan atrapados en esa especie de prueba crucial que les presenta la vida. Pero, ¿qué pasa con aquellos que logran seguir adelante?

El macho alfa humano que supera la adolescencia está listo para perpetuar la especie. No se conforma con preñar solamente a su mujer, sino que intentará hacerlo con toda hembra que se muestre receptiva. La monogamia es un invento cultural y lo sabe. Frente a eso, libera su instinto animal sin mayores culpas. Para él está bien lo que hace, y aunque lo mejor sería que se fuera a la tumba con esos secretos, no resiste contárselo a sus amigos. Si el receptor de esas confidencias fuera otro macho alfa entonces habría logrado su cometido, ya que las reglas implícitas establecen que habrá sumado puntos a favor en la consideración del otro individuo que ostenta la misma condición. En cambio, si el receptor no fuera un par, el efecto sería totalmente opuesto, logrando de esta manera restar puntos.

En reunión de amigos será el que más historias tenga para contar, el que mejor asa la carne y el que más sepa de los temas que se traten durante la tertulia. No habrá forma de ganarle una discusión porque aún sabiendo que no tiene la razón intentará auto convencerse de que sí la tiene y esgrimirá toda una serie de argumentos inválidos. Discutir con estos individuos es inútil.

En la faz laboral el macho alfa intentará abarcar todo el espacio, todo el dinero y todo el poder que le sea permitido. Si viene desde abajo, hará todo lo posible para lograrlo. Si llega alguna vez a posiciones de poder podría constituir un peligro para la sociedad. La cárcel está llena de machos alfa humanos, quienes se vieron traicionados por su instinto animal y olvidaron que las sociedades modernas se rigen por leyes y tribunales de justicia.

Desde que la evolución nos convirtió en homo sapiens la regla del más fuerte no rige. Ser un macho alfa humano ya no alcanza para sobrevivir.

1 Comments:

  • Cómo que no existe una palabra para definir a un grupo de humanos juntos?


    Sí la hay, solo hay que determinar si son mujeres u hombres:

    si el grupo son humanos mujeres, se las llamará
    "rompebolas"
    y si son hombres "jeropas".

    Es tan fácil...

    By Blogger *La Casalinga*, at 2:15 p. m.  

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